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Conducta criminal, su prevención y represión.

 Se debe conocer que la criminalidad es el conjunto de todas aquellas conductas de individuos o grupos que en una sociedad y periodo determinado, le causan la muerte o lesiones a la integridad física, moral y patrimonial de otros o del estado, por ende, la conducta criminal se define como la conducta antisocial que abarca un amplio rango de actos y actividades que infringen reglas y expectativas sociales.  

Esta conducta se evalúa mediante la psicología clínica y se pueden utilizar diferentes elementos como: la historia clínica, los test de inteligencia, las entrevistas, etc. Cada elemento permite analizar a la persona y tratar así, de comprender el porqué de las actitudes e inclinaciones de este. Pueden influir varios factores como: 

> Factores genéticos y biológicos: temperamente, predisposición a determinadas enfermedades y más. 

>Factores ambientales: entorno de la persona durante su infancia, tipo de educación, desarrollo de la persona. 

>Factores sociales: comportamiento de la persona en su sociedad, relaciones con otras personas de entorno. 

La creencia que la conducta antisocial y delictiva se puede prevenir se basa principalmente en la observación de que muchos que cometen su primer delito a temprana edad, abandonan las actividades delictivas al llegar a la adolescencia o la adultez, se debe considerar que la persistencia de la conducta antisocial de niños y jóvenes es fuertemente influida por las experiencias de vida. Es decir, factores como el rodearse de amigos delincuentes resulta decidor en la conducta que tendrá ese niño o joven en el futuro.

Toda intervención preventiva debe considerar la necesidad de focalizarse en una serie de comportamientos y conductas que no necesariamente constituyen delitos y la intervención que se realice debe ejecutarse precozmente. El primer factor a considerar en una intervención preventiva es la responsabilidad individual que le cabe al sujeto que comete el delito o infracción. Su capacidad de responsabilizarse se ve influida por los controles internos y externos que construye y que, a la vez, lo condicionan, en el primer grupo se dan como ejemplos la capacidad intelectual y logros académicos; en el segundo, la familia y el colegio o escuela al que asiste. De esta forma, al intervenir preventivamente se deben considerar todas las características que tienen tanto la persona como su entorno, determinando cuáles debe potenciar y cuáles reprimir en el caso concreto de la valoración del individuo, aunque se debe de tener en cuenta que es imposible que un programa preventivo se dirija y los contenga a todos. Algunas intituciones como la Seguridad Pública y Gobernación, Educación Pública, Salud, Cultura y Juventud, Instituto Nacional de la Mujer (Inamu) y el Patronato Nacional de la Infancia (Pani) armaron un proyecto para la prevención del delito, reactivaron la Comisión Nacional para la Prevención de la Violencia y la Promoción de la Paz Social (Conapaz).

Ahora, si hablamos de represión del delito, son todas y cada una de las acciones que lleva a cabo el Estado una vez que el delito se cometió; por lo cual se entienden todas las acciones post delito que se realizan con la idea de que la conducta no se vuelva a repetir. Esto se hace aumentando las penas, creando agravantes al delito y demás, es decir, se castiga represivamente el delito cometido, esto lo hacen mediante instituciones como el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).



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